Aunque (equivocadamente) hoy en día, algunos sigamos siendo un poco reacios al adjetivo que califica este pastel, dejémonos de prejuicios y disfrutemos.

Os aseguro que vais a quedar sorprendidos con la textura de este bizcocho, la concentración de sabor es asombrosa. Es apto para veganos porque no lleva huevos, y puede sustituirse la leche por leche vegetal. Otro punto favorable es el dinamismo de este postre, ya que podemos decorarlo de infinitas formas...ya sabeis, tantos gustos como personas. No me enrollo más y vamos al lío ;)

INGREDIENTES

• 300 g de harina de repostería


• 260 g de azucar moreno o panela


• 1 cucharada de sal


• 2 cucharadas de levadura química en polvo


• 80 g de cacao puro en polvo


• 240 g de aceite de girasol


• 260 g de leche o bebida vegetal que prefiramos


• 2 cucharadas de vainilla líquida

PROCEDIMIENTO

1. Precalentar el horno a 180º. Unte con aceite o mantequilla un molde de 20 cm de diámetro y forre la base con papel de hornear para facilitar el desmoldaje.


2. Ponga en el baso la harina, el azúcar, la sal, la levadura y el cacao. Mezcle 10 segundos a velocidad 5.


3. Añada el aceite, la leche o bebida vegetal y la vainilla. Mezcle 45 segundos a velocidad 4. Retire la masa al molde y extiendala de manera uniforme ayudándose de la espátula.


4. Horear durante 50 minutos a 180º (depende del horno) podemos ir pinchándolo para asegurarnos del grado de horneado que va llevando.


5. Deje enfriar y reposar, y decore a su gusto. Yo utilicé azúcar glas y frutas, y aquí os dejo el resultado por si os llama la idea ;)